La empatía una cualidad del cerebro afirmativo

Un cerebro afirmativo en los niños les permite tener empatía con los otros; tener en cuenta a los amigos, poder compartir,  saber esperar turnos,  hacer intercambio de juguetes, respetar lo que otros tienen y aprender a participar en el juego, así ellos no lo dirijan.  También les ayuda a no exigir ser el centro de atención en las conversaciones o reuniones de los adultos, a saber respetar los tiempos de papá y mamá (ir al cine, ver un programa de t.v., oír noticias)  y no considerar que todo gira alrededor de ellos.
Un cerebro afirmativo en los pequeños les permite aceptar que hay ocasiones en las que otros celebran fechas importantes y ellos no (cumpleaños).
La empatía les facilita participar, disfrutar y aceptar las diferentes actividades y rutinas adaptándose y no aislándose o protestando por todo.
Es importante que los adultos seamos ejemplo al escuchar, comprender y atender  los puntos de vista y opiniones del otro. También al reaccionar y preocuparnos por los otros y enseñar a los pequeños como  ayudar cuando alguien esta en dificultades. Ayudarles a los niños a darse cuenta de que otros sienten dolor y enseñarles como responder de manera cariñosa demostrando que nos preocupan (una nota, un detalle).
Ayudarles a ver que no somos iguales y podemos tratarnos con cariño y comprensión y a tener en cuenta las necesidades de los demás (tu tienes dos carros y el no tiene le puedes prestar uno).
Enseñarles el lenguaje empático; un vocabulario en el que demuestren el respeto hacia otro, evitando nombres peyorativos (tonto, necio, grosero, feo, etc.) o burlas hacia los amigos. Estimular la empatía en los niños les enseña a respetar a los otros; a no burlarse, no rotularlos y entender cuando los amigos dicen NO.
La empatía es saber escuchar, hacer compañía y compartir los sentimientos con los otros. La empatía no solo hace referencia a las personas del círculo más intimo, sino aquellos conocidos con quienes interactúan: la empleada, el portero, los abuelos, los tíos, la profesora y merecen respeto.  
Con experiencias cotidianas simples pero a consciencia podemos estimular la activación y el crecimiento neuronal de los niños  acostumbrándolos a reaccionar con el cerebro superior y no con el cerebro inferior o impulsivo.
ADRIANA MORENO/ MYRIAM SUÁREZ
Psicólogas – Asesoría en desarrollo infantil  y pautas de crianza.
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