Uno de los objetivos fundamentales del preescolar es promover la independencia y autonomía de los niños en sus actividades diarias. Para ello, las docentes los guían y motivan a realizar tareas sencillas, seguras y apropiadas para su edad. Al fomentar que los niños lleven a cabo estas actividades por sí solos, se refuerza su autoestima y seguridad, al tiempo que aprenden a seguir instrucciones, planificar y actuar de manera autónoma.
El desarrollo de la autonomía es un proceso gradual que requiere paciencia y respeto por el ritmo de aprendizaje de cada niño. Brindarles un espacio seguro para practicar, equivocarse y aprender de sus errores es esencial para fortalecer su confianza y capacidad de resolver situaciones por sí mismos.
El entorno preescolar es ideal para que los niños comiencen a resolver pequeños desafíos, comprendan y acepten las normas del grupo, y desarrollen habilidades de integración y cooperación. A través de actividades de autoayuda, como ir al baño sin asistencia, alimentarse solos, vestirse y organizar sus pertenencias, los niños adquieren mayor independencia y seguridad en sus habilidades.
Además, con la orientación de sus docentes, los niños participan en dinámicas grupales en las que colaboran con sus compañeros. Aprenden a compartir responsabilidades, organizar materiales, respetar turnos y seguir normas de convivencia, habilidades clave para su desarrollo social y emocional.
Fomentar la autonomía desde la infancia no solo fortalece la confianza en sí mismos, sino que también les permite desenvolverse con mayor seguridad en su entorno, preparándolos para los desafíos futuros.
GLORIA INÉS SUÁREZ
Asesoría a padres
Cel: 3187172344




