La autonomía es la capacidad de los niños de hacer las cosas por sí solos y de hacerse cargo de ellos mismos, estimula la conciencia de que son capaces y su esfuerzo es valioso. Esta les proporción independencia y seguridad en ambientes fuera de casa.
Estimular la autonomía desarrolla destrezas y habilidades que facilitan su integración al grupo escolar, la flexibilidad para adaptarse y ser recursivos para resolver dificultades, cooperar y jugar en equipo y reaccionar adecuadamente frente a las dificultades. Esta se aprende en el día a día en familia y en el jardín.
Para lograr esa autonomía es importante proporcionar una relación especial de vínculo de los padres que les permitan a los niños:
- Desarrollar confianza entre los padres y los niños: en la medida en que tengan un tiempo importante con cada uno de ellos desarrollarán seguridad que les permitirá relacionarse mejor con otras personas.
- Desarrollar autonomía: darle oportunidades para adquirir habilidades y destrezas que les proporcionen seguridad y buena autoestima (comer, vestirse, dormir solos, etc.).
- Desarrollar iniciativa: facilitarles a los niños la oportunidad de escoger (la ropa, el juguete, el postre) y de cooperar con otros (compartir, esperar turnos) para ir desarrollando sus gustos y la personalidad.
- Desarrollar y permitir la expresión de las emociones: la tristeza, la alegría, la rabia, el llanto, logrando el manejo y aceptación de las frustraciones (no darles gusto en todo), reaccionando en forma apropiada.
La familia les proporciona a los niños la base para su relación con el mundo. Los niños no necesitan que papá y mamá sean los mejores padres del mundo, ni sus amigos, ellos necesitan una familia que les proporcione seguridad, sentido de pertenencia y un orden en el que cada uno se desarrolle individualmente en forma positiva y desempeñe el papel que le toca (el de padre, madre, hijo(a), esposa(o), hermano(a), abuela (o).
Myriam Suárez
Psicóloga
Cel 310486541




