El desarrollo motor del niño comienza en la parte superior del cuerpo (cuello, brazos, manos) y luego en la inferior (piernas). Es un proceso continúo ligado a la maduración del sistema nervioso, pero requiere estimulación constante. Cada niño avanza a su propio ritmo, aunque la secuencia de logros es similar.
¿Qué se busca en el preescolar?
Que los niños aprendan a manejar su cuerpo y el espacio, controlar la postura y el equilibrio, coordinar movimientos y utilizar objetos como aros, pelotas, triciclos o lazos. Estas experiencias fortalecen:
- Esquema corporal.
- Coordinación gruesa y fina.
- Lateralidad y disociación de movimientos.
- noción de tiempo y espacio.
Motricidad fina
Además de correr, saltar o trepar, el niño necesita realizar movimientos más precisos con manos y dedos. La motricidad fina es fundamental porque prepara para tareas como rasgar, rayar, colorear, trazar, recortar, enhebrar y, más adelante, escribir y leer.
Algunas actividades útiles son:
- Juegos de encajes, cubos y rompecabezas.
- Rasgar, recortar con tijeras, picar y modelar plastilina.
- Dibujar, pintar, colorear o trazar líneas.
El juego como motor de desarrollo
En el jardín, los juegos espontáneos y cooperativos enseñan a planear, organizar acciones y relacionarse con otros. El niño aprende a orientarse en el espacio, a diferenciar antes-después y cerca-lejos, y a coordinar sus movimientos con los objetos que lo rodean.
Cómo estimular el movimiento en casa y al aire libre
Permita que los niños se muevan con libertad retirando objetos peligrosos de su entorno. Llévelos a parques donde puedan jugar con arena, correr, treparse, rodar y disfrutar de juegos grupales. Los bailes también son una excelente opción, ya que permiten mejorar el equilibrio, la coordinación, el ritmo y la expresión corporal de forma divertida.
Cuando no se estimula lo suficiente, pueden aparecer dificultades como torpeza, mal agarre del lápiz, poca concentración o problemas en la lectura y escritura.
En conclusión: moverse, explorar, manipular objetos, bailar y jugar son actividades esenciales que permiten al niño conocerse, organizar su entorno y prepararse para los aprendizajes escolares.




