Las actividades sensoriales estimulan el desarrollo de la motricidad gruesa y fina; los niños reciben información a través del sistema sensorial, no sólo por los sentidos, sino también por el movimiento, la fuerza de la gravedad y la posición del cuerpo en relación con los objetos.
Podemos estimular la integración sensorial a través de juegos en los que interactúan con diferentes texturas y materiales:
- Jugar descalzos en la arena y el pasto
- Amasar preparando arepas o galletas, utilizando rodillos y moldes.
- Jugar con agua, espuma y esponja lavando un muñeco y hacer burbujas de jabón.
- Masajes con crema, esponja, cepillos y brocha.
- Moldear plastilina dura, greda y pintar con vinilos con pincel o con los dedos.
Juegos de equilibrio:
- Mecerlos en una hamaca (sentados, boca arriba, boca abajo), cobija, pelota grande, columpio, caballo de mecer.
- Estando sentados sobre la cobija moverla para distintos lados, ellos evitaran caerse.
- Caminar sobre muros no muy altos.
Podemos estimular el desarrollo de la motricidad cuando permitimos que los niños no estén todo el tiempo alzados, en una cuna o en un caminador, ellos necesitan caminar, gatear, agacharse o arrastrarse, no importando si se ensucian.
Facilitemos el juego con elementos: pelotas, aros, bates, raquetas y piscina de pelotas que le exigen mayor coordinación.
El juego en el parque; subiendo al gimnasio, deslizándose por un rodadero, arrastrando con los pies un carro, montando en un triciclo o patineta facilitan el desarrollo de la motricidad.
MYRIAM SUÁREZ
Psicóloga
Asesoría en pautas de crianza
Cel 3104865141




